Mensaje de Navidad

Iniciando último mes del año, esta vez tengo prevista mi escapada navideña, familia, amigos…, antes de lo acostumbrado, en pocos días estaré lejos de mi canal comunicador habitual…

Mensaje para estas fechas, recuerdo vivo después de 30 años; una historia simple, pasaje aparentemente intrascendente, simpático…, significó para mí una inolvidable sacudida vital.

Comunidad Indígena Náhuatl, en la Huasteca mexicana; estuve visitándola, con cierta frecuencia, por más de 17 años; contacté con misioneros Xaverianos, casi todos procedentes de Italia, y pudimos compartir estancia, penalidades, milagros, solidaridades…, con esa maravillosa gente olvidada.

Repartíamos cosas, durante las visitas, que regalaban amigos del D.F. , en ocasiones montábamos cadenas de apoyo, ante problemas graves que iban apareciendo entre lugareños, especialmente de salud, incluso llevamos en cierta ocasión a varios médicos del Club Rotario al que yo pertenecía entonces, el Coyoacan…

Muchas veces fui en mi viejo Chrysler Le Barón, rojo, dos puertas, automático, 8 cilindros, consumo de gasolina estratosférico…, un clásico.

Recuerdo el episodio que hoy sirve de fondo a este mensaje de Navidad. Ya me iba, era domingo a mediodía, me quedaban muchas horas para reincorporarme en el Distrito Federal a mis actividades, dizque lucrativas…

Todo listo en el carro; de pronto se acercó una niñita pequeña, descalza, vestido de colorines, seguramente regalo de alguna donante solidaria y, sin mirarme, alargó su manita con un ramo de flores, lo tomé absolutamente sorprendido, la criatura ya corría lejos, entraba en su cabaña…

Sentí un escalofrío, jamás se me ha borrado; recuerdo, carretera rudimentaria camino a Huejutla, el ramo de flores en el asiento al lado, repentinamente sentí un nudo en la garganta fortísimo, me aparté, estaba llorando…, los diques interiores rotos…

Al rato, asimilando el momento, pude articular un pensamiento, que sigo sintiendo ahora, plenamente vigente a 30 años de distancia ¿No será esta chispa que me acaba de aparecer, el gran secreto de la vida…?

Jamás se me ha borrado la escena, tengo en algún lugar, guardado un ramo de flores que no se marchita nunca…
Feliz Navidad 2.014